¡Todo cuenta! Por: Samari Rosado


¡Todo cuenta! A veces, queremos tener grandes cosas o ver grandes resultados y que sean notables en lo que hacemos inmediatamente. Sin embargo, en el día a día podemos trabajar en pequeñas cosas, que en el mañana se convertirán en grandes eventos. La Biblia enseña que “él que es fiel en lo poco, en lo mucho lo pondrá Dios (Mt.25:21). Definitivamente, no podremos manejar cosas grandes, cuando no hemos aprendido a trabajar “las pequeñas cosas”. Por otro lado, podemos tener muchas pequeñas cosas, donde las mismas están inconclusas entonces posiblemente son estas que no nos están permitiendo avanzar a lo próximo, a lo grande.
En mi caso, llevo varias semanas pensando y evaluando cómo ha sido este año para mí. Haciendo un análisis en las metas que establecí al comienzo del año. Viendo si he logrado cumplir alguna, si hay otras que están en el proceso de cumplirse o simplemente ni tan siquiera las comencé. Debo reconocer, que este año no ha sido uno usual en mi vida, ya que he vivido varios desafíos. Claro está, en la vida todos vamos a enfrentar diferentes desafíos. Aún así, honestamente confieso que debido a estos, hubo ocasiones donde se me movió el piso o séa fueron momentos impactantes para mi.
Les cuento que, uno de estos grandes desafíos lo fue el diagnóstico y la enfermedad de cáncer que padeció mi papá, hoy él ya mora con el Señor. Por ese motivo, pude ver como mi agenda y planes cambiaron drásticamente de prioridades. No obstante, he podido ver que todo ha contado para bien, que nada ha sido en vano. Hacen unos días escuche testificar a una sierva del Señor, refiriéndose al cuidado que tuvo con sus padres; hoy ambos también moran con el Señor. Ella dijo: “que ninguna de las decisiones que tomo, ni aquello que pospuso, de nada de eso se arrepentía, al contrario, hoy entiende que fue lo mejor que hizo, incluso  lo hubiera hecho igual o mejor”.  Debemos procurar aprender de todo. Mi Pastora dice, que se aprende de lo bueno y de aquello que se hizo mal, ¿que cómo se aprende? a no repetirlo, a no proceder de la misma forma.  Sino obrar bien, recordando que todo lo que hacemos, debemos hacerlo como para Dios.
          En medio, de mi instropección he visto como las pequeñas cosas que he hecho han hecho la diferencia y me han dejado una gran satisfacción. Aun así, también me di cuenta de que había cosas pequeñas que estaban inconclusas, que estaban deteniendo el seguir avanzando en mi crecimiento; para poder obtener las herramientas adecuados para poder seguir ayudando a otros. Doy gracias a Dios por todo lo que ha hecho hasta aquí, durante lo que va de año, porque una vez más he visto su fidelidad, su gracia derramada para mí y para los míos. He podido ver que todo ha contado para la gloria de Su nombre.
Hoy, te invito a que al igual que yo, hagas tú en este día. Te ánimo, pues hoy puede ser ese tiempo que necesitas tomar para que hagas un alto en tu agitada agenda; y te detengas reflexionar… ¿Cuáles son esas pequeñas cosas o eventos que has dejado inconclusos? ¿ Es eso inconcluso lo que te están impidiendo a no alcanzar lo más grande? Finalmente, porque no comenzar hoy, determinate a hacer la diferencia. No olvidemos que, con Jesús, nada es en vano. ¡Recordemos, que Todo Cuenta!

Se despide, su amiga Samari Rosado




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